La recomendación de esta semana se basa en la autocompasión.
SE AMABLE CONTIGO MISMO de Kristin Neff
Neff es profesora asociada en el departamento de Psicología Educativa de la Universidad de Texas en Austin, Estados Unidos,
y una de las líderes en el campo del impacto beneficioso en la salud de la autocompasión. Es autora de más de 40 artículos académicos sobre los efectos de la autocompasión. Es cofundadora del Center for Mindful Self-Compassion («Centro para la Autocompasión con Plena Conciencia»).
En el libro que estamos tratando hoy, nos explica como la búsqueda incansable de una autoestima sana se ha convertido en una religión tiránica.
Nuestra cultura ultra competitiva nos indica que tenemos que estar por encima de la media para
sentirnos bien con nosotros mismos, pero siempre hay alguien más atractivo, más brillante o más
inteligente.
Por suerte, existe una alternativa a la autoestima y muchos expertos consideran que representa un
camino mejor y más eficaz hacia la felicidad: la compasión hacia uno mismo. La investigación llevada
a cabo por Kristin Neff y otros importantes psicólogos indica que las personas que se muestran
compasivas con sus fracasos y sus imperfecciones disfrutan de un mayor bienestar que aquellas que se
juzgan a sí mismas continuamente. Este libro nos anima a acabar con los juicios y evaluaciones que diariamente nos hacemos a nosotros mismos y de empezar a tratarnos y querernos
como lo haríamos con nuestras personas más queridas.
Neff señala que es fundamental distinguir la autocompasión de la pena, «porque la pena por ti mismo no es saludable y la autocompasión sí lo es». La autocompasión, en cambio, tiene tres elementos, según Neff; por un lado se trata de ofrecernos comprensión y apoyo, un sentido de humanidad compartida y la atención plena.
«La idea es sentir que otras personas también sufren, que no somos los únicos, que hay una experiencia humana común». Además, plantea que la autocompasión incluye «la atención plena, de estar en el
presente y ver las cosas como son, sin ignorarlas, pero sin las exageraciones que causa una mente que constantemente rumia».
